Estoy clavado.
clavado en ti, mujer.
Y cómo duele
y cómo sangra,
pues claro,
estoy clavado.
Estoy clavado y no puedo salir;
clavado, no me puedo mover;
irme de ti, mujer.
Pues entonces
me quedaré a vivir.
Construiré una cabaña en el valle entre tus senos
y me quedaré en tu pecho, clavado ahí;
al tempo de tu corazón arrítmico
que nunca sabe bien a donde ir.
Un clavo tengo en mi pecho mujer;
un clavo de mi admiración por ti,
de mi amor por ti,
de mi fascinación por ti.
Solo otro clavo sacará este clavo.
Dolorosa forma de negarme a ti.
Ni la noche ni los días;
ni los humos ni la vida.
Se me viene la luz encima
y yo sigo aquí,
así,
clavado en ti.
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