Venía con ganas de escribir un artículo sobre vialidad porque el otro día escuche en la radio una entrevista a Maximiliano Felice, candidato a intendente de Chacabuco por el Frente Amplio Progresista.
Me llamo gratamente a la atención que Felice hablaba de mejorar el sistema vial en Chacabuco pero desde un lugar distinto. Si bien promete hacer mejoras en la infraestructura, su plan se concentra en recuperar los valores y el respeto por las normas de transito.
Me pareció muy interesante porque acá, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, acabamos de elegir un nuevo Jefe de Gobierno cuyo partido, el PRO, se caracteriza por darle suma importancia a mejorar el transito en la ciudad.
Olvidemos por un momento que el Metrobus de Cabildo ocupa 5 carriles en la parada de Congreso, que los baches en las bicisendas se tapan con montañas de asfalto insuperables, que los nuevos subtes comprados a España no entran en los carriles (y la promesa de hacer 10km de subtes por año) y la cantidad de obras superpuestas que se construyen y se destruyen permanentemente y que generan caos de transito. Tratemos de dejar esto a un lado por un momento para hacer un análisis objetivo; la idea de mejorar el transito en este monstruo de ciudad no es mala.
Pero yo no veo que se esté atendiendo una pieza fundamental del cambio. Que sin ella, ninguna de las obras sirve para nada: La gente.
La gente no sabe manejarse en la calle. Ninguno de los actores, ni los automovilistas, ni los motociclistas, ni los ciclistas, ni los peatones, nadie. O no saben, o no les importa un carajo.
Recién cuando volvía a mi casa por la bicisenda (de contramano, una idea tan absurda como el hecho de que las luces en la bicicleta no sean reglamentarias, el casco si) paré en un semáforo sobre la linea blanca. Una señora esperó que frene para ver si no la pasaba por encima al cruzar y un señor mayor me dice "el único ciclicsta que para donde tiene que parar, lo felicito" y me cuenta que, en general, no sabe bien cómo hacer para cruzar en las calles con bicisendas porque los ciclistas vienen rapidísimo y nunca se sabe donde van a frenar, si es que lo hacen. Y es totalmente cierto. No solo los ciclistas. La mayoría de los automovilistas tampoco frenan donde tienen que frenar. En todas las esquinas, antes de la senda peatonal o cruce de cebra, hay una linea horizontal bien gorda. Esa linea marca el límite del frenado. No solo cuando el semáforo esta en rojo, también en los cruces que no tienen semáforo, para ceder el paso a peatones o a quien viene por la derecha, o cuando la otra cuadra esta tan llena de autos que el que quiere cruzar, simplemente, no entra. Nadie frena ahí. La gran mayoría frena directamente sobre la senda peatonal, asomando la trompa a ver cuándo se meten para cruzar y los peatones nunca saben que hacer. Hay gente que espera el semáforo bien entrados en la bocacalle, realmente inexplicable.
Hay como una ansiedad en el tránsito que hace que actuemos así. Nadie puede esperar un poco y así todos poder transitar con fluidez. Los motociclistas hacen cualquiera jodido. Se meten por los espacios mas angostos, se mandan en rojo, por la bicisenda, cualquiera. Y los peatones no se quedan atrás. Casi que esperan a que el semáforo se ponga verde para cruzar al trote para que no los pisen.
Si bien todo esto es culpa de todos los que nos movemos en el tránsito, las autoridades no hacen nada para mejorarlo. Ustedes creen que en los países "desarrollados" respetan las normas porque son buenos ciudadanos? en parte si, pero en otra gran medida, es porque no se quieren comer excesivas multas ni problemas con la policía. Y así, con el tiempo, se va aprendiendo. Porque las normas de tránsito tienen mucho sentido práctico y directo. Si no las respetas, podes morir muy facilmente.
Quería hacer este descargo sosteniendo que, si bien las reformas en infraestructura ayudan, sin educación vial y una policía de transito respetable, nunca vamos a mejorar.
Gracias
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